El evaporador es uno de los componentes esenciales que forman parte del sistema de climatización en coches, cuyo principal objetivo es proveer un ambiente confortable para los ocupantes. Usualmente, se encuentra en el interior del vehículo en la proximidad del sistema de ventilación. Este mecanismo es el lugar donde ocurre el cambio de estado del refrigerante, de líquido a gas, permitiendo al sistema de aire acondicionado disipar el calor del interior del vehículo. El funcionamiento del evaporador es similar al de un radiador, pero en lugar de expulsar calor al exterior, este dispositivo lo retira del interior del vehículo y lo lleva al sistema de refrigerante cerrado.
Índice de contenidos
Naturaleza y funcionamiento del evaporador
El evaporador, similar al condensador, está diseñado en una red de tubos metálicos delgados, generalmente de aluminio o cobre, para permitir una transferencia de calor rápida y eficaz. Estos tubos están rodeados de aletas que ayudan a disipar el calor absorbido por el refrigerante lo más rápidamente posible.
La entrada de aire caliente del interior del coche pasa a través del evaporador, donde el refrigerante líquido se ‘evapora’ en forma de un gas frío, absorbiendo el calor del aire y enfriándolo de manera que puede ser recirculado de nuevo al interior del vehículo. Este enfriamiento requiere una cantidad considerable de energía, que se obtiene del calor retirado del interior del coche. Posteriormente, el refrigerante, ahora en estado gaseoso y caliente, es comprimido por el compresor y llevado al condensador, donde se enfría y vuelve a ser líquido para continuar con el ciclo.
Historia y evolución
Los sistemas de aire acondicionado en vehículos han existido desde la década de 1930, pero era un lujo que muy pocos podían permitirse. Fue en la década de 1950, cuando sistemas más asequibles fueron desarrollados y el evaporador, como lo conocemos hoy en día, tomó protagonismo como componente indispensable para brindar confort en los vehículos a través de sistemas de climatización eficientes. Con el paso del tiempo, la eficiencia y compactibilidad de estos sistemas ha ido mejorando, haciendo cada vez más común su presencia en los coches.
Problemas comunes y mantenimiento
Aunque es un sistema fiable, el evaporador no está exento de problemas. Uno de los inconvenientes más comunes incluye la acumulación de hongos y bacterias en su superficie debido a la humedad, causando mal olor. Además, las fugas de refrigerante también pueden ocurrir debido a corrosión o desgaste. Este tipo de problemas puede producir que el sistema de aire acondicionado funcione de manera menos eficaz, o incluso puede provocar su fallo total.
En cuanto a su mantenimiento, es recomendable limpiar el sistema de climatización cada cierto tiempo. También es importante revisar periódicamente la presión del refrigerante y la presencia de fugas. En caso de encontrar problema, se recomienda acudir a un especialista en mecánica de vehículos para su correcta reparación. De manera general, el coste de estas reparaciones o mantenimientos puede ser medio, ya que aunque las piezas sean relativamente baratas, su reparación podría requerir desmontar parcialmente el salpicadero del coche para acceder al evaporador, y esto podría incrementar el coste de mano de obra.